Muerte. En la naturaleza, las acciones de morir y matar son constantes y permanentes, pero el concepto de la muerte es muy difÃcil de contemplar y separar del renacimiento de la vida. AsÃ, los cadáveres y restos de los animales cazados por los carnÃvoros de inmediato se convierten en refugio y fuente de alimento para incontables formas de vida que transforman la piel, músculos, órganos y huesos en detritos y energÃa para desarrollarse, sobrevivir y reproducirse. En la imagen, los restos de un armadillo (Dasypus novemcinctus) cazado y devorado inicialmente por algún felino, son aprovechados por una gran colonia de voraces larvas de luciérnagas (Lampyridae), dejando los huesos totalmente limpios que a su vez alimentarán cierto tipo de hongos y bacterias especializados que los transformarán en agua, oxÃgeno, calcio y carbono. Tanto más se reflexiona en el ciclo de la vida y de la muerte, más difusos e inciertos se tornan los lÃmites de ambos.Manuel VÃquez Carazo. Director de Biodiversidad, La Marta Refugio de Vida Silvestre.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *
Guarda mi nombre, correo electrónico y web en este navegador para la próxima vez que comente.
Estamos en pruebas del sistema de reservas (sÃrvase usar el Formulario de Contacto) Descartar