Árboles caídos. La caída de un árbol en el bosque no debe ser motivo de tristeza ni lamentación, pues, por el contrario, el gran espacio o “claro” que queda, de inmediato comienza a ser ocupado por cientos de nuevas especies de plantas que pasaron muchos años ocultas a la sombra a la espera de una oportunidad para desarrollarse con la gran cantidad de luz solar que llega hasta el suelo. Esa es la forma en como los bosques se renuevan y enriquecen. Manuel Víquez Carazo. Director de Biodiversidad, La Marta Refugio de Vida Silvestre.