La fijación del carbono. Todas las plantas —pero en mucho mayor proporción los árboles— gracias al proceso de la fotosíntesis descrito en la anterior monografía, tienen la milagrosa capacidad de absorber el mortal gas dióxido de carbono y transformarlo en elementos sólidos como la glucosa, y sustancias químicamente más complejas como la celulosa y la lignina que forman las hojas, los frutos, la corteza y la madera. Dicho en palabras muy sencillas, los árboles son como filtros gigantes que limpian el aire absorbiendo el carbono y transformándolo en hojas y madera, y además liberan oxígeno como desecho de un proceso natural tan complejo que ni todas las industrias del mundo juntas podrían reproducir. Cada vez que veamos un árbol, pensemos que un 75% de su tamaño es carbono que filtró del aire, el cual regresa a la atmósfera si el árbol se corta para quemar o dejar podrir en el suelo.
Manuel Víquez Carazo. Director de Biodiversidad, La Marta Refugio de Vida Silvestre.