Náyades o nereidas. Se conocen con este nombre a las ninfas o estados inmaduros de ciertos órdenes de insectos como las libélulas y los gallegos (Orden Odonata). En la mitología griega las náyades eran doncellas que vivían en las fuentes y manantiales y al igual que ellas, las ninfas de esos insectos desarrollan toda su vida juvenil en estanques y lagunas de agua dulce en donde son voraces y temibles depredadores de otros insectos acuáticos, peces pequeños, renacuajos y caracoles, a los que cazan con un poderoso apéndice bucal con la apariencia y movimientos de un brazo. Solo cuando están a punto de realizar su metamorfosis, las náyades abandonan el hogar acuático y salen a la superficie para transformarse en adultos alados y sexualmente maduros. En la imagen, el exoesqueleto abandonado de una náyade en donde se aprecian la ubicación del aparato bucal (flecha blanca) y la ubicación de las alas plegadas (flecha roja) antes de extenderse para volar. Manuel Víquez Carazo, Director de Biodiversidad. La Marta Refugio de Vida Silvestre.